Agricultura ecológica
Días especiales
Medio ambiente
22 marzo, 2021
Eliseo Martínez, Bernardo Navarro, Ramón Robles, Luis Revelles y Quique Ochando forman la asociación para el fomento de la agricultura y la ganadería ecosistémica situada en Puerto Lumbreras. Nos hemos reunido con ellos para que compartan sus experiencias en la práctica de la recogida de agua y del tratamiento del suelo, que llevan a cabo en sus fincas de olivo y almendro.
Pluviometría escasa
En la zona donde cultivan, Puerto Lumbreras, llueve muy poco, y han probado diversas formas para recoger el agua, con el objetivo de retenerla, puesto que también la evaporación es muy alta; y de que no dañe el terreno, ni los cultivos, cuando hay crecidas por lluvias torrenciales.
Ramón, nos comparte que con los canalones debajo de los árboles se recogen 4.000 o 5.000 litros de agua en cada caída torrencial, sin causar daños. Y cuando llueve flojo, la poca pluviosidad que haya habido se retiene.
En las partes altas de la ladera, la caída torrencial sí puede dañar los árboles, por ello hacen caballones, sistema romano, y solucionan los daños en la caída de agua fuerte.
Además, en la finca han creado un lago 150 m x 100 m con 6 metros de profundidad, para recuperación de acuíferos, ¡qué maravilla!
Manejo diferente del cultivo
También nos comparten que respecto al manejo de los cultivos realizan modificaciones respecto del sistema tradicional, dándole el papel protagonista al suelo, – Evitamos el monocultivo, ya que impide el desarrollo de suelos vivos y sanos, y resulta crucial para la recuperación de suelo. Además de esto, los caballones en media luna, también favorecen la biodiversidad, básica para el control de plagas.
¿Por qué las franja como zona de infiltración de agua son en media luna y no aplicamos curvas de nivel? – podríamos preguntarnos esto, indican, puesto que la zona de recogida es más amplia, pero si se rompe, toda la retención se pierde.
El suelo vivo, sano y en forma de caballones debajo del árbol:
Este equipo de productores con experiencia en la agricultura, cuenta con un perfil técnico, Quique Ochando, que no ha podido unirse a la reunión, pero cuyo papel resulta fundamental para todos.
Experiencias que cambian la manera de cultivar
Eliseo nos cuenta que observó, antes de entrar a trabajar con estas prácticas ecosistémicas, el deterioro progresivo del arbolado y del funcionamiento de la finca en general, por lo que empezó a plantearse cómo mejorar. – Quise darle la vuelta al deterioro y a la pérdida de biodiversidad, y empecé a ver cambios cuando el arbolado se mantiene y se autorregula, como la mayor retención de agua y la mejora el suelo, en definitiva, la regeneración y creación de vida.
El excesivo laboreo del terreno, nos indica Eliseo, hace mal al arbolado e incluso al fruto, además también destruye parte de la rizosfera que ayuda en varios procesos: retención de agua, suelo rico y vivo en nutrientes. Además, el preservar las hierbas y plantas silvestres, ayuda a evitar la erosión e impedimos así la escorrentía.
Si queremos labrar, aconsejamos reducir la tarea anual de labrado de 5 a 1, evitamos los comentado anteriormente.
Rentabilidad en el campo
Bernardo, incorpora al grupo una parte importante sobre el aspecto económico.
-El campo no es que no sea rico, es que es ruinoso. La producción de olivo y almendra con la actividad agraria profesional no se sustenta. Y cualquier explotación agraria necesita ser rentable, pues no se trabaja para perder dinero.
Hace referencia al respeto del suelo y de las especies autóctonas y añade que lleva años sin labrar. Bernando nos explica los dos tipos de raíces de la planta: la pivotante, enraíza el cultivo al suelo; y las bidireccionales son las que absorben el agua. -Haciendo crecer el cultivo en la finca, sin la intervención del vivero, evitas perder la fuerza de las raíces pivotantes que son las que agarran y hacen fuerte la planta; asegurando su fortaleza.
Un aspecto que destaca Bernardo es la prisa que se tiene hoy día en producir, esto hace que a veces se tomen elecciones que perjudican el cultivo y su rentabilidad a medio plazo, aunque puedan parecer soluciones más rápidas al inicio.
Estos cuatro hombres comprometidos con lo que hacen y convencidos de los resultados que favorables con la agricultura ecosistémica, creen que su forma de trabajar los cultivos aportaría una solución para mejorar y salvar a medio y corto plazo el Mar Menor. Ellos proponen que se maneje la franja de esta zona costera de tanto valor para la Región de Murcia de forma ecosistémica (curvas de agua, intervenir las ramblas y los ramblizos para irrigar la zona). Beneficiando así no solo a la agricultura, sino a esta área de interés turístico.
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